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Jefe del cuartel de Bomberos Voluntarios: “Quiero que me respeten por lo que sé y no por mi cargo”

El comandante superior Néstor Lugea cuenta que lo más difícil de ser jefe es predicar con el ejemplo y ser consciente de los modos. También enfatiza la importancia de la capacitación para estar siempre preparados para accionar, junto con una educación universitaria. 

Néstor Lugea Bombero

Durante la pandemia Néstor en conjunto con otros bomberos llevó a cabo una reestructuración en el cuartel. (Gentileza: Néstor Lugea),

El comandante superior Néstor Lugea entró a la fuerza de bomberos voluntarios a los 17 años, en 1989, cuando todavía no estaba la ley que exigía la mayoría de edad; así que a los 18 años ya estudiaba, trabajaba y era bombero. 

 

Hoy, es licenciado en Seguridad e Higiene del Trabajo y tiene su propia consultora. Además, lleva 33 años de servicio como bombero, 24 de ellos en el cuartel de Pilar y 9 en el de Del Viso, dónde desde el año 2020 es jefe. Tiene a cargo un cuartel compuesto por 83 bomberos, 54 hombres y 29 mujeres, que cuenta con un presupuesto de 3 millones de pesos anuales. 

 

Lugea es un ejemplo de dedicación y perseverancia, y dentro del cuartel inculca estos valores. Desde su puesto de mando, inspira a sus subordinados a estudiar y conseguir un título universitario, y los motiva a que elijan formarse en lo que más les interese y los impulse a crecer. 

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¿Por qué decidiste ser bombero?

De chico me gustó, me llamó la atención. Y una vez que me metí, fue como una droga. Igual hay que saber encontrar el equilibrio, porque si no terminás dejando de lado un montón de otras cosas como amigos o familia. 

 

¿Alguna vez dejaste de lado tu vida personal por el cuartel? 

En un momento mis dos hijas mayores me dijeron: “¿Qué podés decir vos si cuando te necesité no estabas?” Estaba en el cuartel. Puñalada. Pero, yo también estaba haciendo lo que me gusta. Mi forma de dar es esta. A lo mejor hay quienes no dan, o dan de otra forma. Yo no voy a la iglesia, no desayuno agua bendita. Pero mi forma de dar, de estar, es poner el pecho cuando uno necesita a los bomberos. 

 

¿Con el tiempo cambió tu percepción de lo que es ser bombero? 

Cuando me hice bombero en el año 89, me ponía el casco y me creía Batman. Me tiraba de un techo. Y después cuando la vida me fue golpeando me di cuenta de que no es joda, que hay que tomar los recaudos necesarios. Empecé a darme cuenta de que no soy Batman, soy de carne y hueso, y me puede pasar algo. 

 

¿Qué le dirías a los jóvenes que quieren ser bomberos? 

Es fácil decir que querés ser bombero porque te gusta. Pero más allá de esa pasión, hay que capacitarse porque, al igual que en cualquier trabajo, está el profesional mediocre, el medio pelo y el profesional que se preocupa y se educa. 

¿Cómo puedo ser bombero?

Por: Florencia Pratesi

¿Ser bombero te ayudó en alguna otra área de tu vida? 

Yo encontré mi carrera por los bomberos. Cuando salí del secundario empecé a estudiar medicina. Después, por esas cosas de la vida abandoné. Empecé a trabajar en una empresa, y arranqué ciencias económicas. Pero sentía que no era lo mío. Laburaba en algo por necesidad… laburaba de lo que había. Y de ahí empecé a estudiar Seguridad e Higiene, más orientado a lo que vivía como bombero. Hoy tengo mi consultora y la experiencia de bombero, más la especialización de la carrera, hace que me vaya metiendo cada vez más. Siempre digo que no trabajo, hago lo que me gusta. Lo que me da placer. Está bien… me tengo que levantar temprano, o tal vez tengo que laburar un domingo, pero hago lo que me gusta. 

 

¿Por qué es importante que los bomberos estudien, además de trabajar? 

Hay que darles la posibilidad de que crezcan profesionalmente. Después si les va mal o bien es otro tema, pero hay que darles la chance.  Que estudien algo, lo que quieran, pero que estudien. Que le abran la mente.  Todo trabajo es digno; pero siempre les digo que se pregunten cómo se ven de acá a 15 años. Tienen que estudiar lo que les guste.

 

¿Más allá de la motivación, hay algo que hagas para ayudarlos a que puedan estudiar? 

Una de las chicas me dijo que estaba estudiando Seguridad e Higiene. A las semanas le pregunté cómo venía con la facultad, y me contó que había dejado porque no tenía Internet en su casa y el teléfono se le quedaba sin datos. Entonces pusimos una computadora en el cuartel y le dije que la quería ver acá estudiando todos los días. Y así fue, volvió a la facultad. Arrancó de vuelta. Ahora sigue estudiando. 

“Cuando empecé me ponía el casco y me creía Batman. Después aprendí que soy de carne y hueso”

¿Hay algún trasfondo personal detrás de la importancia del estudio? 

A mí me costó horrores estudiar. Estudié de grande, me recibí de la facultad a los 38. Mi papá era colectivero y no me podía pagar mis estudios, así que tuve que trabajar para pagarme la facultad. Y me costó horrores. No quisiera que los chicos pasen lo mismo. A mí no me cuesta nada que haya una computadora acá, por ejemplo, y a ellos les cambia la vida. Y aparte, tengo un tipo más en el cuartel.   

 

¿Con qué frecuencia venís al cuartel? 

Trabajo todo el día y cuando termino vengo para acá. Mis guardias fijas son los viernes de 21.00 horas a 08.00 horas. Después, vengo todos los días; lo que llamo “la vuelta del perro'': el jefe tiene que estar, y no puede ser por teléfono. 

 

¿Es difícil ser el jefe del cuartel? 

Sí, porque en un laburo vos por ahí accedes a hacer lo que te piden porque te están pagando y porque te pueden echar. Pero acá no. Entonces tenés que tratar de ser un buen líder. 

 

¿Y qué significa ser un buen líder? 

Lograr que la persona que liderás haga lo que vos querés, de la mejor manera, y encima te dé las gracias. Pero para eso tenés que predicar con el ejemplo y ser consciente de  los modos. El mismo respeto que me tienen a mí es el que yo tengo por ellos. Y prefiero que me respeten por lo que sé y lo que soy más que por el cargo que tengo. 

 

¿Hay alguna parte del trabajo que te cueste más que quieran hacer? 

No toman la descompresión como un ejercicio positivo. Muchos creen que es que los están mandando al frente. Pero hay cagadas operativas que se pueden mejorar, y hay cagadas que no se pueden permitir; por ejemplo, el otro día salieron a un incendio y chocaron el camión de frente. Y fue por negligencia, por ir rápido y no tomar las precauciones necesarias. Entonces eso hay que marcarlo.

 

Hay varias mujeres en el cuartel, ¿hay alguna diferencia en las tareas dependiendo del género? 

Para mí no hay varones y mujeres. Somos todos bomberos. Hay igualdad; siento la igualdad. Acá nunca se hizo diferencia con las mujeres, en nada. Tengo mujeres que me manejan el camión.  Trato de ser lo más justo posible. 

 

¿Y podés serlo siempre? 

No siempre. Muchas veces, no es por discriminar, pero tengo que elegir al más capacitado. Por ejemplo, terminamos de apagar un incendio, hay que escombrar, sacar chapa, y tengo a Camila y a Leo, y… lo voy a mandar a Leo; pero porque trato de optimizar el recurso. Lo mismo pasa cuando llego a un incendio en una vivienda y en la dotación llevo a un electricista: ese es el que va a cortar la luz. ¿Puede ir otro? Sí, estamos todos capacitados. Pero hay que saber optimizar los recursos que tenemos. 

 

¿Hay diferencia económica entre el cuartel de Pilar y el de Del Viso? 

Muchísima. Primero, el de Pilar es más grande y más antiguo. Es un cuartel que cumplió 70 años. Nosotros recién 25. Nos falta mucho camino por recorrer.  Además en el edificio tenían toda una parte de oficinas que se alquilaban. Eso les dio la pauta de mudar el cuartel y le alquilaron eso a la policía de pilar. Es decir que ahora tienen todo eso alquilado y se hicieron el cuartel sobre la ruta 8. Eso les da un ingreso. 

 

¿Cómo te afecta como jefe? 

Me tocó pelear las más feas porque es un cuartel que no tiene recursos. Hace un par de meses atrás le prendía velas a los santos para que no haya servicios porque no tenía para el gasoil. Y más de una vez, tuve que poner de mi propio bolsillo. 

 

Además del aspecto económico, ¿qué otros desafíos diarios enfrentan? 

Está el tema de la reputación del bombero. Para la gente los bomberos siempre llegan tarde. Porque cuando cortan el teléfono ya quieren que estés ahí. 

 

¿Qué hace que quieras seguir ayudando a la comunidad, incluso cuando te enfrentás con sus críticas? 

Es mi vocación: el día que yo no tenga ganas de ponerme un casco y subirme a un camión, me voy a mi casa. Además, soy un convencido de que todo vuelve. De alguna forma u otra. Si querés recibir primero tenés que dar. ¿Y cuál es mi forma de dar? Esta.

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Si querés formar parte del cuerpo de bomberos voluntarios de Del Viso, hacé click aquí y completá el formulario. 

Florencia Pratesi

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